En un mensaje categórico, la defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su rechazo a que Armando Benedetti, exembajador de Colombia, ocupe algún cargo en el gabinete del presidente Gustavo Petro. Según Marín, la presencia de Benedetti en un alto cargo público enviaría un mensaje perjudicial en la lucha contra la violencia de género.
Marín recordó episodios en los que Benedetti fue señalado por comportamientos agresivos hacia las mujeres, tanto verbales como presuntamente físicos. En este contexto, destacó cómo estas conductas perpetúan una cultura machista y minimizan la gravedad de la violencia contra las mujeres en Colombia.
“Que él esté en un cargo público alto del Estado alienta a una cultura machista, tolerante con la violencia contra la mujer, alimentando las creencias de que este es un asunto privado”, aseguró Marín. Añadió que esto afecta gravemente la percepción pública sobre la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Uno de los casos mencionados fue el ataque verbal de Benedetti hacia Laura Sarabia, a quien habría dicho: “Usted está allá por mí. Ahora sí te amenazo”. Para Marín, este tipo de afirmaciones representan los desafíos que enfrentan las mujeres en posiciones de poder, ya que buscan desacreditar su capacidad y esfuerzo.
La defensora también informó que la situación fue llevada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, calificándola como un caso de violencia política contra las mujeres.
El pronunciamiento de Marín coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, celebrado el 25 de noviembre. Durante esta jornada, se dieron a conocer cifras alarmantes sobre la violencia de género en el país.
Entre enero y octubre de 2024, se reportaron 10.342 casos de violencia de género, lo que representa un incremento del 58% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, se han registrado más de 600 feminicidios hasta septiembre.
Marín subrayó que la lucha contra la violencia de género es una crisis de derechos humanos que requiere atención urgente. En ese sentido, enfatizó que permitir que figuras con antecedentes de este tipo ocupen cargos de poder podría ser un retroceso en los avances logrados por la sociedad colombiana en esta materia.