Si bien la cifra bajó en su comparación anual, por primera vez en un año el Índice de Precios al Consumidos (IPC) no varió respecto al mes anterior.
Esta semana se conoció el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para mayo, en el cual se cumplieron las proyecciones de los expertos y analistas, quienes estaban esperando que el costo de vida diera señales de estancamiento, teniendo en cuenta que hay presiones al alza y lo que está pasando en el contexto internacional.
De acuerdo con lo informado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la inflación en Colombia para el quinto mes del año quedó en 7,16%.
Esta cifra tiene dos lecturas: por un lado, muestra una contracción respecto al 12,36% de mayo del 2023, con lo cual queda claro que este indicador sigue bajando y da un respiro al bolsillo de la gente.
Este dato fue celebrado por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien resaltó que el país completa 14 meses a la baja y se da como resultado del esfuerzo que vienen realizando las diversas autoridades monetarias y que, si bien hay avances, no se bajará la guardia en la lucha por recuperar el poder adquisitivo de los colombianos.
“Respecto al año pasado, tenemos 520 puntos básicos menos. Se mantienen algunos riesgos. Hay rezagos de El Niño que impactaron en algunas cosechas y en los precios de la electricidad. Hoy tenemos los riesgos de La Niña, que también tiene algún impacto sobre las cosechas y estamos promoviendo la reducción de los precios de la electricidad, como se va a observar al asumir los costos de la opción tarifaria y reducir las facturas de la electricidad en la costa de Colombia”, dijo este funcionario.
Si bien la buena noticia es que la inflación sigue bajando, el segundo análisis del 7,16% del IPC en mayo prende alerta entre los analistas, puesto que se configura un escenario de estancamiento en el que ya no solo el IPC cae cada vez menos, sino que en su último reporte quedó sin variaciones respecto al mes anterior.
Prueba de esto se aprecia al decir que en febrero entró al rango del 7%, (7,74% para ser precisos) y desde entonces se ha mantenido allí hasta la fecha con el 7,36% de marzo; y el 7,16% de abril, repitiendo este valor en los reportes de mayo. No obstante, no hay que pasar por alto que la inflación cae, solo que cada vez con menos fuerza.
Esto, según los expertos, confirma alertas de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y da la razón al Banco de la República, frente a que no es momento de bajar la guardia en la lucha por devolver este indicador al rango meta, que se mantiene en el 5% para 2024 y en el 3% para mediados del 20205.
Para entender mejor lo que pasó con el costo de vida en mayo, hay que decir que, tal y como se advirtió, hay dos factores que siguen generando presiones al alza y son la indexación por arriendos, el transporte y el precio de los alimentos; aunque en esta oportunidad se sumó un tercero y fue la salida a comer en restaurantes.
Según la información presentada por el Dane, las mayores contribuciones en el 7,16% de variación anual se aprecia que alojamiento y servicios públicos aparecen en el primer lugar con 2,77 puntos, seguido por transporte (1,20 puntos) y en tercer lugar aparece el renglón de restaurantes y hoteles, que aportaron 1,04%). Sólo estas tres categorías explican más del 70% de las presiones al alza.
En este punto desde la autoridad estadística explicaron que factores como los incrementos al precio de la gasolina y la indexación en arriendos, así como el precio de los alimentos y sus variaciones positivas han impactado para que se generen los resultados de mayo.
“La variación de las subclases que más aportaron al índice total fueron: arriendo imputado (0,75%), papas (20,47%), arriendo efectivo (0,75%), comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio (0,71%), electricidad (0,78%), plátanos (4,55%), chocolate y productos a base de chocolate (6,69%), comidas preparadas fuera del hogar para consumo inmediato, en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio, puestos móviles, lugares de esparcimiento, para llevar y por servicio a domicilio (0,68%), gas (1,29%) y hortalizas y legumbres frescas (2,10%)”, dice el reporte.
Tras esta información, los analistas centran su atención en lo que pueda decir el Banco de la República en materia de tasas de interés y en si este estancamiento, esperado, podría influir en una eventual baja en el ritmo de descenso en las tasas de referencia, puesto que cada vez son más sectores los que piden una flexibilización de la política monetaria.