La COP16 finalizó en la ciudad de Cali, tras intrincadas negociaciones sobre la financiación de la hoja de ruta para salvar la naturaleza de aquí a 2030, que no llevaron a ningún acuerdo. Lo que sí se logró fue la aprobación de un fondo sobre beneficios derivados de datos genéticos de la naturaleza y la creación de un cuerpo para dar voz a los indígenas en la Convención de Diversidad Biológica.
No se logró la misión en términos financieros. Después de 12 días de negociaciones en la COP16, que se realizó en Cali, Colombia; los países ricos, emergentes y en desarrollo no se pusieron de acuerdo sobre la financiación de la hoja de ruta para salvar la naturaleza de aquí a 2030.
Dos años después del acuerdo de Kunming-Montreal la idea era potenciar los esfuerzos del mundo para salvar el planeta y a los seres vivos de la deforestación, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación, todos ellos causados por la actividad humana.
Sin embargo, dos puntos fueron imposibles de conciliar: las reglas para monitorear la aplicación de la hoja de ruta propuesta por la presidencia colombiana y cómo lograr el objetivo de aumentar hasta 200.000 millones de dólares anuales el gasto mundial para ponerla en marcha.
Durante una sesión nocturna, la presidencia colombiana propuso una hoja de ruta que incluía un fondo específico para la naturaleza fuera de la supervisión del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), al que muchos países en desarrollo se oponen, argumentando que Estados Unidos, que no forma parte de la convención de biodiversidad, tiene influencia en sus decisiones. Sin embargo, países ricos, entre ellos Canadá y Suiza, así como la Unión Europea se mostraron en contra de la creación de este fondo independiente.
Una conversación que queda pendiente
La presidenta de la COP16, Susana Muhamad, se vio obligada a suspender la plenaria el sábado por la mañana al perderse el quórum, ya que varios delegados se retiraron para tomar sus vuelos de regreso, tras una larga e intensa noche de negociaciones.
Así, la cumbre terminó sin acuerdos sobre el financiamiento ni un sistema de seguimiento que garantice el cumplimiento de los compromisos asumidos en Montreal hace dos años.
Algunos observadores consideran el resultado un fracaso, aunque se logró la aprobación de un fondo sobre beneficios derivados de datos genéticos de la naturaleza y la creación de un cuerpo para dar voz a los indígenas.
«Los gobiernos presentaron en Cali planes para proteger la naturaleza, pero fueron incapaces de movilizar el dinero para hacerlo realmente», explicó An Lambrechts, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP16.
Las decisiones alcanzadas antes de la interrupción siguen vigentes y la suspensión no cierra oficialmente las negociaciones. Estas deberán retomarse en otra fecha y lugar.
Avances para pueblos indígenas y afrodescendientes
Entre las noticias positivas están las que la presidencia colombiana de la COP16 celebró relacionadas con la adopción de decisiones prioritarias como el reconocimiento de los pueblos indígenas como asesores permanentes en la Convención de Diversidad Biológica y un acuerdo para valorar el conocimiento ancestral de las comunidades afrodescendientes.
También se aprobó un fondo multilateral para compartir con países en desarrollo los beneficios generados por el uso del genoma digital de plantas y animales de sus territorios. El Fondo de Cali recabará dinero de las farmacéuticas y de las cosméticas, entre otros, quienes se han beneficiado de los recursos genéticos de las plantas para crear medicamentos. Así que de manera voluntaria, no obligatoria, estas compañías aportarán dinero para las comunidades indígenas.
En principio, el texto habla de que al menos la mitad de la suma recogida se dirigirá a los aborígenes.
La Secretaría de la Convención aún no ha emitido un comunicado oficial, dado que esta suspensión es inusual en las COP. No obstante, el Ministerio de Ambiente de Colombia expresó su satisfacción en redes sociales: «Después de más de 13 horas de intensa plenaria, cerramos una jornada histórica en la COP16 Colombia».
Con el lema de ‘Paz con la naturaleza’, Colombia celebró la cumbre de biodiversidad más concurrida de la historia, con 23.000 delegados inscritos y una «zona verde» festiva y abierta al público en el centro de la ciudad, que contrarrestó las discusiones a puerta cerrada. También mantuvo al margen una guerrilla que amenazó la realización de la conferencia.