Los agricultores que protestan, piden una negociación directa con el Ministerio de Ambiente y aclaran que sus reivindicaciones difieren de las de los mineros.
A las 8:00 am., el olor a humo de más de una decena de fogones de leña impregna el ambiente en Los Curos. Centenares de campesinos que bloquean la vía entre Bucaramanga y Bogotá desayunan el tradicional mute o carne asada con papas.
“Matamos una novilla de la finca y trajimos toda la carne”, asegura uno de los manifestantes. En el cuarto día de bloqueo, las caras son de cansancio y el sentimiento predominante, de frustración.
Quienes protestan son agricultores y ganaderos de algunos de los municipios de Santander sobre los que se extiende el páramo Almorzadero. Llegaron el lunes desde Guaca, Santa Bárbara, Molagavita, San Andrés o San José de Miranda. Algunos visten las ruanas típicas, a pesar de que allí, sobre la vía, el termómetro marca 25 grados de temperatura.
Los manifestantes rechazan la Ley 1930 de 2018, conocida como ley de páramos, así como las resoluciones que la desarrollan y delimitan los páramos Almorzadero, Santurbán y Sierra Nevada del Cocuy. Para levantar el paro, también piden la derogación de la resolución 261 de 2018, que definió la Frontera Agrícola Nacional, y que se concerte una nueva regulación sobre la materia.
Francisco Sierra, abogado asesor de la Federación de Campesinos Parameros del Nororiente Colombiano, asegura que la aplicación de estas normas hará desaparecer la mayor parte de la actividad agrícola y ganadera en las zonas altas de la región, obligando a muchos campesinos a abandonar sus tierras.
La producción de lácteos, carne y productos como papa, tomate o cebolla sufriría la mayor afectación, según Sierra.
“Nos están eliminando de la economía colombiana y pasaremos a pedir limosna”, afirma Nelson Vargas, quien llegó a Los Curos el domingo a medianoche desde San Andrés, a unas tres horas de allí.
Desde Cali, en donde preside la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, COP16, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, anunció la instalación de una mesa de negociación con estos grupos de campesinos y con otras organizaciones homólogas, más otras de mineros, que han bloqueado varias vías del país esta semana. Estará liderada por la viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio, Lilia Tatiana Roa.
“La tierra, la propiedad, tienen una función ecológica y social y debemos llegar a acuerdos para garantizar eso, pero de forma que garanticemos el derecho al trabajo de las personas en las regiones”, aseguró Muhamad.
Los campesinos presentes en Los Curos esperan dialogar con Roa en Bucaramanga, después de que se levantaran de una primera mesa de negociación el martes. Ese día aseguraron que el Gobierno había mandado a la ciudad a “funcionarios de segunda categoría”, y pidieron la presencia de ministros o, cuando menos, viceministros.
María Helena Carvajal, proveniente de Guaca, sirve platos de mute mientras suena música carranga en unos grandes altavoces resguardados bajo carpas. Este género, originario del vecino Boyacá, es popular entre las poblaciones campesinas de los municipios santandereanos aledaños al páramo Almorzadero.
“Algunos compañeros han dormido en hoteles y otros dentro de los camiones, en hamacas y colchonetas”, según Carvajal. En los cuatro días que llevan allí, han podido usar los baños y las duchas de los hoteles y viviendas de la zona.
La música deja de sonar y Edward Acuña, quien ejerce la ganadería y cultiva papa en el municipio de Cerrito, toma el micrófono e invita a los manifestantes a reunirse para una foto grupal, “para demostrarle al país que esta es una protesta pacífica”.
Aclara que la manifestación de los campesinos de Almorzadero se desarrolla “muy aparte” de la de los mineros. “Pedimos que nos desliguen de los mineros. Aquí somos campesinos”, afirma.
Hernán Morantes, abogado especializado en regulación minera energética, y quien se autodenomina “defensor de Santurbán”, por otro páramo ubicado más al norte, asegura en conversación telefónica que no se pueden separar las reivindicaciones de los mineros de las de los campesinos.
Explica que estos han incluido en su pliego de peticiones la derogatoria del decreto 44 de 2024, que faculta al Ministerio de Ambiente a declarar y delimitar “reservas de recursos naturales de carácter temporal en el marco del ordenamiento minero-ambiental”.
La Asociación Colombiana de Minería ha calificado esta norma como “un riesgo inminente a la permanencia y el futuro del sector minero en Colombia”.
La protesta en Los Curos ha generado un represamiento de automóviles en la principal vía del centro oriente de Colombia. Según Oscar Buitrago, transportador de carga que está detenido en la carretera desde el lunes, la fila de vehículos sobre la calzada se extiende por unos tres kilómetros.
“No tenemos alimentos ni agua y se nos agotó el dinero para comprar más”, asegura que han dormido dentro de sus camiones o bajo ellos, no han podido ducharse en cuatro días y han tenido que usar como baños los matorrales aledaños. Algunos de quienes transportaban alimentos perecederos han tenido que deshacerse de ellos ante su pudrimiento.
Fueron ellos, los transportadores bloqueados, quienes durante unas horas del miércoles impidieron el paso por el corredor humanitario habilitado por los campesinos para las ambulancias o coches fúnebres.
“Se hizo por hambre y cansancio, para ejercer presión para el desbloqueo”, explica Buitrago. La medida llevó a la instalación de una mesa de concertación entre los manifestantes y los transportadores, cuyo único fruto ha sido la reapertura del corredor humanitario.
El gobernador de Santander, Juvenal Díaz, visitó el jueves el centro de acopio de alimentos más grande del área metropolitana de Bucaramanga, Centroabastos. Desde allí, señaló en un video publicado en sus redes sociales que la llegada de mercancías se ha disminuido en un 30% y que el precio de los fletes se ha incrementado hasta en un 300%.
En Los Curos vuelve a bajar el volumen de la música y uno de los campesinos toma el micrófono: “no vale de nada dar paso por una carretera si en el futuro no habrá nada que transportar”.