El distrito petrolero se convierte en epicentro de una movilización que exige reformas sociales reales y una democracia participativa.
Por: Diego Armando Pérez Mayorga |Barrancabermeja, cuna emblemática de luchas sociales y obreras, vuelve a alzar la voz. En un país marcado por el centralismo y el desprecio al disenso, este distrito petrolero emerge como epicentro de una movilización legítima, organizada y con objetivos claros: respaldar la consulta popular del Gobierno Nacional y exigir reformas sociales de fondo.
Durante los últimos dos días, Barrancabermeja ha sido escenario de una expresión cívica con alto contenido político y social. El paro nacional, convocado en respaldo a la consulta popular propuesta por el Ejecutivo, no solo reunió a ciudadanos preocupados por el rumbo del país, sino que articuló a movimientos sociales, sindicatos y actores locales en una agenda de transformación estructural.
Desde el 28 de mayo, el distrito fue testigo de una movilización pacífica liderada por organizaciones sindicales, colectivos laborales y sociales del Magdalena Medio. Las acciones incluyeron recorridos simbólicos y bloqueos controlados en puntos emblemáticos, todos con un mensaje claro: las reformas sociales deben avanzar y ser respaldadas por mecanismos de participación ciudadana.
Sindicatos con propuestas, no solo consignas.
En este escenario, la voz del sindicalismo fue clara y contundente. La Asociación Sindical de la Industria del Petróleo y Gas, ASOPETROGAS, en articulación con otros sindicatos, enfatizó la necesidad de que las reformas no pierdan su carácter transformador. Denunciaron las maniobras del Congreso para dilatar o desnaturalizar los proyectos de ley sobre salud, trabajo, pensiones y servicios públicos.
Además, plantearon la urgencia de que el Estado asuma una postura firme frente a la defensa de la soberanía energética y la transición justa, sin sacrificar derechos laborales ni imponer modelos extractivos sin consulta previa. La activa participación de estas organizaciones sindicales en el cabildo refleja una conciencia política madura sobre el rol que deben jugar los trabajadores en la construcción del país. Más que actores de presión, se posicionan como interlocutores válidos, con propuestas concretas y visión de futuro.
Además de la voz sindical, el cabildo evidenció una ciudadanía despierta, crítica y decidida a incidir. La diversidad de intervenciones confirmó que los problemas del país no se resuelven desde escritorios alejados de la realidad, sino escuchando a quienes viven a diario las consecuencias de las políticas públicas.
Desde la precarización laboral hasta el deterioro del sistema de salud y el abandono estatal en regiones productoras de riqueza, las voces de Barrancabermeja reclamaron atención, soluciones y respeto. No hubo discursos vacíos, sino diagnósticos vividos y propuestas concretas.
Este ejercicio democrático desafía la idea de que los sindicatos son estructuras obsoletas o desconectadas. Lo que vimos fue una red viva de organizaciones con legitimidad social, capacidad de convocatoria y compromiso con el bien común. En un país donde muchas veces se deslegitima la protesta, Barrancabermeja ofrece una lección de civismo, dignidad y compromiso.
Paro y cabildo: dos caras de la democracia viva.
El paro y el cabildo abierto deben ser entendidos como dos expresiones complementarias de un mismo proceso: el fortalecimiento de la democracia desde abajo. Uno interpela al poder con fuerza colectiva; el otro lo hace con argumentos y propuestas.
Juntos, cuestionan la desconexión entre la institucionalidad y las necesidades populares, y abren el camino hacia una nueva gobernanza: participativa, descentralizada y corresponsable.
Una voz con historia.
Barrancabermeja no marchó en vano. Habló con la autoridad que le otorgan su historia, su gente y su coherencia. La presencia del pueblo en el cabildo no fue un gesto simbólico: fue una afirmación rotunda. El movimiento obrero está listo para dialogar, pero también para defender lo conquistado.
Las calles y los espacios institucionales se encontraron como instrumentos de una misma lucha: construir una Colombia más justa, más participativa y con futuro para todos.
Que el país escuche, porque Barrancabermeja ya habló.
__
Vicepresidente junta directiva nacional Asociación Sindical de la Industria del Petróleo y Gas (Asopetrogas)