El informe del Dane también muestra una ligera mejora en la distribución del ingreso. Caída en la pobreza es atribuible al aumento de los ingresos laborales y de las remesas, que contrarrestan la disminución de los subsidios.
En 2024, la pobreza monetaria en Colombia se ubicó en 31,8%, una reducción de 2,8 puntos porcentuales frente al 34,6% registrado en 2023 y la cifra más baja desde 2012 (cuando fue del 41%), según el Dane.
El año pasado, en el total nacional, 16.237.635 personas estaban en situación de pobreza monetaria y en 2023 había 17.504.698 personas en esta situación. Esta mejora representó que 1.267.063 personas salieron de la condición de pobreza monetaria en el país.
Piedad Urdinola, directora del Dane, explicó que la línea de pobreza es un valor mensual elaborado a partir de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) que, además de proveer información sobre el mercado laboral, contiene preguntas sobre los ingresos de los hogares que permiten construir el ingreso per cápita de la unidad de gasto.
Cuando un hogar no tiene suficiente ingreso mensual para adquirir una canasta básica de alimentos se encuentra en condición de pobreza extrema.
Cuando carece de suficiente ingreso mensual para cubrir rubros de gastos esenciales (e.j. vivienda, transporte, ropa y calzado, entre otros) entonces dicho hogar se encuentra en condición de pobreza.
Según la entidad, la línea de pobreza monetaria per cápita nacional en 2024 fue $460.198; en el caso de un hogar de cuatro personas fue $1.840.792.
En el mismo año, la línea de pobreza monetaria extrema per cápita nacional en 2024 fue $227.220; en el caso de un hogar de cuatro personas fue de $908.880
La tendencia también fue positiva en las zonas urbanas y rurales. En las cabeceras municipales, la pobreza cayó del 31,8% al 28,6%, mientras que en los centros poblados y zonas rurales dispersas bajó del 44,0% al 42,5%.
En cuanto a la pobreza extrema, esta afectó al 11,7% de la población en 2024, frente al 12,6% del año anterior.
La brecha urbano-rural sigue siendo significativa: mientras que en las cabeceras el 8,7% de los habitantes estaban en situación de pobreza extrema, en las zonas rurales esta cifra alcanzó el 21,8%, es decir, 2,5 veces más.
El informe también muestra una ligera mejora en la distribución del ingreso. El coeficiente de Gini nacional fue de 0,551 en 2024, frente a 0,553 en 2023. (Entre más cerca de 1 mayor es la concentración del ingreso).
Por ciudades, Quibdó sigue registrando los niveles más altos de pobreza monetaria (59,6%) y extrema (29,7%). En contraste, Manizales presentó los indicadores más bajos: 16,7% en pobreza monetaria y 3,1% en pobreza extrema.
César Pabón, director de Investigaciones de Corficolombiana, calificó los datos como una buena noticia. “La pobreza monetaria sigue bajando, por el aumento de los ingresos laborales (crecimiento) y los ingresos por transferencias de hogares (como remesas). Las ayudas institucionales, en cambio, contribuyen negativamente a la variación”.
A pesar de los avances, las cifras del Dane evidencian que aún persisten desafíos estructurales, especialmente en las zonas rurales y en algunas regiones del país.