Además de las agrestes condiciones climáticas, el municipio vive la ironía de quienes tienen acceso constante al agua y de los que ruegan a ‘los santos’ para que les llegue algo de líquido a sus viviendas
Desde enero pasado y tras la llegada de las altas temperaturas, las autoridades de Los Santos declararon la Calamidad Pública por la falta de agua
Mientras el sector urbano tiene suministro de agua las 24 horas, al sector rural, que es el 60 % del municipio, le toca esperar agua bombeada cada cierto tiempo o que se le suministre a través de uno de los carrotanques con los que cuenta el municipio.
Estas son algunas de las historias de quienes deben ingeniárselas para sobrevivir con escasa agua y por qué el municipio aún guarda la esperanza de una solución definitiva a la sequía.
Leonidas Pardo es habitante del sector urbano de Los Santos. Tiene una vivienda a la entrada del municipio y cultiva productos para su consumo.
El antejardín de la vivienda del hombre es una huerta en la que siembra distintos productos. Precisamente, en noviembre pasado cultivó decenas de plantas de maíz que se secaron por las altas temperaturas. Además, la falta de agua para riego hizo que los frutos no se desarrollaran.
“Todo el cultivo se me perdió. No pude coger nada de esta cosecha. Toca esperar a que llueva de nuevo para volver a sembrar”, señaló Pardo.
El labriego señaló que este año las temperaturas se elevaron con relación al año anterior y espera que no se repita un episodio en el que tuvieron que esperar cerca de ocho meses por una lluvia.
En otro rincón de Los Santos, en la vereda Los Pozos, vive María Carrillo, una madre de familia que debe hacer ‘maromas’ para sobrevivir con la poca agua que recibe. A su vivienda llega agua cada tres días. Sin embargo, cuando el verano se intensifica pasa hasta ocho días sin recibir una sola gota.
“Aquí la clave es reutilizar. Si me baño tengo una taza abajo para recoger el agua y usarla para el sanitario. A los animales toca racionarles el agua para que puedan beber durante el tiempo que estamos sin líquido”, señaló la mujer.
A este hogar llega agua de la represa La Cañada, que surte a varias veredas de la parte baja. “En mi casa fabricamos un filtro artesanal con arena para purificar el agua y consumirla porque la que nos llega no es tratada”, manifestó Carrillo.
Por las condiciones del terreno en el que habita, a la mujer y su familia no les llega suministro de los carrotanques con agua dispuestos por la Alcaldía de Los Santos.
Por su parte, José Joaquín Poveda, otro habitante del sector rural, dijo que “el verano este año está ‘bravo’. El calor no deja crecer a las plantas de tabaco que tengo sembradas. Desde noviembre pasado no llueve. No hay agua para echarle a los cultivos”.
Las imágenes son dramáticas. Animales ‘en los huesos’, pozos secos, cultivos quemados por el calor, pastos secos y carrotanques recorriendo las polvorientas vías para llevar ‘una gota de esperanza’ a los campesinos.
En el sector urbano está operando la represa de El Alto de Los Pozos, que es administrada por la Empresa de Servicios Públicos de Santander, Esant, y se destina para surtir de agua al sector urbano.
El agua de la mencionada represa se potabiliza en una planta de tratamiento y de allí se reparte al casco urbano.
Por su parte, la represa La Cañada, ubicada en el sector de Tabacal, es administrada por la Alcaldía de Los Santos y surte de líquido a 10 veredas de la parte baja de Los Santos. Sin embargo esta es agua cruda.

Al resto de veredas se les lleva agua en cerca de seis carrotanques con los que cuenta la Alcaldía de Los Santos, los cuales son cargados en la Empresa Piedecuestana de Servicios, ubicada en el municipio ‘garrotero’.
“Mi municipio se encuentra en Calamidad Pública y la Esant no brinda su brazo solidario para darnos un apoyo. Tenemos que transportar agua desde Piedecuesta en viajes que se extienden hasta por ocho horas. Es triste que esta empresa teniendo una planta de tratamiento en Los Santos no nos ayude a tratarla para nosotros llevarla a las veredas que están sufriendo por agua”, indicó el mandatario local.
Mendoza Arenas indicó que “estamos gastando rubros que podríamos estar invirtiendo en otras necesidades de la comunidad transportando agua. Además, si la Esant nos ayudara a tratar el agua, habitantes de cerca de 15 veredas no tendrían que tomarse este líquido en malas condiciones”.
El mandatario agregó que “si no la pueden tratar por lo menos véndanla cruda para llevarle a los animales del sector rural y a los cultivos que se pierden cada día por la escasez”.
El alcalde argumentó que “la Empresa de Servicios Públicos de Santander, Esant, debería optimizar el suministro. Les propongo que establezcamos un modelo de racionamiento de agua en el casco urbano para poderle llevarla al resto del municipio que hoy está suplicando por este líquido”.