Sus compañeros de vida fueron condenados a cárcel muchos años antes que ella.
A María Teresa Jaimes Caicedo, una mujer de 52 años de Bumanguesa, la sentenciaron a cinco años de cárcel por crímenes de tráfico de drogas y por ser miembro de una organización delictiva en España. La mujer se mantuvo en el anonimato durante 20 años debido a sus actos delictivos. De hecho, sus parejas románticas fueron condenadas a cárcel muchos años antes que ella. Jaimes Caicedo escondió su fachada hasta que en 2022, las autoridades españolas pudieron descubrirla. “La modelo” y “la tigresa”, como se le conocía en el ámbito delictivo, no tuvieron más remedio que aceptar las acusaciones.
La primera ocasión en que la mujer de Santander experimentó el contacto de las autoridades fue en 2005, cuando Greco, miembro del Grupo de Estados contra la Corrupción, arrestó a su primer marido, Michel Alain Paul Curtet, francés. Ambos residían en un palacio situado en el corazón de Marbella. Según el medio El Español, esta propiedad fue edificada en 1975, pero ambos la actualizaron y en ese lugar establecieron los cimientos de su matrimonio.
Las tres parejas que conforman la ‘Reina de la Cocaína’, María Teresa Jaimes Caicedo
De acuerdo con medios españoles, la mujer de Santander tuvo tres matrimonios y cuatro hijos. Tras la detención de su marido francés por parte de las autoridades, María Teresa Jaimes contrajo matrimonio con un hombre de nacionalidad belga. Su desenlace fue el mismo: fue acusado de tráfico de drogas.
La lista de individuos atrapados por el mismo negocio concluyó con Richard, quien fue arrestado en 2015 con 200 kilogramos de cocaína al tratar de enviarlos a Dinamarca. Esta última detención permitió a las autoridades esclarecer el rol que desempeñaba María Teresa Jaimes en los ‘pecados’ de sus tres parejas. Y al igual que algunos de ellos, al salir de la cárcel, iban a llevarla a su mansión.
En cambio, el Greco se dio cuenta de su vida de excesos de lujos. Así, se transformó en el foco de una investigación que buscaba desmantelar una organización de narcotraficantes, aparentemente, liderada por ella. La encontraron a menudo durante la vigilancia en aeropuertos y centros comerciales, cargada de diversas bolsas de marcas famosas como Versace.
Durante un control, las autoridades hallaron en la mansión de la mujer de Santander la evidencia principal que la condujo a los tribunales: un kilogramo de cocaína en su armario.
Ese marcó el comienzo de una investigación que les facilitó alcanzar el núcleo del problema: Ella era conocida como ‘La reina de la cocaína’. A finales del año 2000 mantenía relaciones con los carteles colombianos. Uno de ellos se encontraba en el Norte del Valle. De esta manera, fue forjando sus asociaciones hasta transformarse en una suerte de ‘Griselda Blanco’ y asumiendo toda la logística.
