Gracias a una donatón y la gestión del alcalde Darío Buchenicow, una familia de Sabana de Torres, que se dedican a reciclar, pasó de perderlo todo en un incendio a tener un techo digno.
El 28 de enero de 2024, un incendio devastador consumió por completo el hogar de una familia de recicladores en el asentamiento humano Nueva Esperanza, ubicado en Sabana de Torres.
La familia, compuesta por tres adultos mayores, dos hombres y una mujer, se vio privada de todo lo que tenían, incluyendo su humilde vivienda, construida con materiales precarios. Sin otro medio de subsistencia, esta tragedia dejó a los afectados en una situación de extrema vulnerabilidad.
La respuesta a este desafío fue liderada por el alcalde del municipio, Darío Buchenicow, quien no dudó en movilizar recursos y voluntades para brindarles una solución a largo plazo. En una cruzada solidaria, el mandatario organizó una donatón que convocó a palmicultores, ganaderos, comerciantes, trabajadores del sector petrolero y otros miembros de la comunidad, quienes contribuyeron con dinero, materiales de construcción y mano de obra.
El esfuerzo colectivo dio resultados significativos: la cuenta de Nequi destinada a las donaciones acumuló $5.580.400, a los que se sumaron $6.000.000 gestionados por el alcalde con empresarios locales. Además, maestros de obra donaron su tiempo y experiencia para garantizar que la reconstrucción fuera posible.
Con los recursos disponibles, el alcalde se enfrentó a una decisión importante: reconstruir un “ranchito” similar al que había sido destruido o construir una vivienda de calidad, hecha con cemento, ladrillo y hierro, que garantizara mejores condiciones de vida.
Con el apoyo de la Secretaría de Planeación, se elaboró un plano y un presupuesto para una casa completa, cuyo costo promedio ascendió a $46.000.000, incluyendo la mano de obra. La convocatoria continuó abierta, permitiendo que más personas se sumaran con materiales de construcción o contribuciones económicas para completar el proyecto.
Casi un año después del incendio, el sueño de la familia se hizo realidad. En una ceremonia emotiva, el alcalde Buchenicow entregó una vivienda digna construida en ladrillo, cemento y hierro.
La nueva casa también fue equipada con muebles, camas, platos y una cocina a gas, reemplazando la práctica de cocinar con leña. Además, se instaló un baño, resolviendo una situación crítica, ya que anteriormente la familia debía hacer sus necesidades en un caño cercano.
“Hoy entregamos un techo digno a estas personas, gracias al esfuerzo conjunto de una comunidad que demostró que la solidaridad puede cambiar vidas,” declaró el alcalde Buchenicow durante el evento.
“Es un compromiso con quienes más lo necesitan, porque nadie merece vivir en condiciones tan precarias.”
La familia beneficiada expresó su profunda gratitud hacia el alcalde y todos los que hicieron posible este milagro. Doña Isabel, una de las integrantes de la familia, manifestó entre lágrimas: “Nunca imaginé que podríamos tener una casa así. Gracias a todos los que nos ayudaron a comenzar de nuevo.”
Este proyecto no solo transformó la vida de una familia, sino que también destacó el poder de la unión y la empatía. La tragedia inicial dio paso a una historia de esperanza y renovación, demostrando que, con voluntad y trabajo conjunto, es posible superar las adversidades y construir un futuro mejor.