No es para alarmarse más de lo que estamos, la situación de la salud es un cuento de nunca acabar y cada vez se torna más preocupante, ocasionándose caos diarios y permanentes, máxime cuando se acude a la prestación de servicios médicos y el correspondiente recibo de medicamentos
Por: Oswaldo Ríos Carrascal | El asunto se ha agravado más por las quiebras de empresas prestadoras de salud, que dejan abandonados a su suerte a sus pacientes, no les importa para nada que pueda suceder con la negativa o aplazamiento prolongado de entrega de medicamentos mensualmente.
La crisis ha tocado hasta el fondo y ya el desespero cunde hasta en las instituciones prestadoras de salud, entre ellas los dispensarios que pelean con los usuarios diariamente, llegándose inclusive a acudir a la fuerza pública como en días pasados ocurrió en una farmacia en Barrancabermeja, donde se rebotaron varios pacientes con medicamentos pendientes que no les fueron entregados y los funcionarios llamaron a la fuerza pública para ayudar a controlar la situación.
El común denominador es la falta de atención inmediata y de entrega oportuna de medicamentos a pacientes de alto riesgo, pasando por la inexperiencia de la institución, con empleados que no estaban acostumbrados a ser presionados por quienes requieren su atención con un buen servicio.
No es posible que tengamos los ciudadanos que pagar los platos rotos de quienes descaradamente se han robado el dinero de la salud y de quienes con intereses mezquinos no permiten una reforma para rescatarla de la crisis.
Se requiere una buena atención y cesar la tomadura de pelo con la entrega de los vitales medicamentos, no se está pidiendo nada regalado porque todos pagamos a un alto costo dicho servicio.
No se puede seguir permitiendo que se juegue con la vida de los demás seres humanos desde un escritorio o desde un despacho de una institución prestadora de salud, la negligencia y la incomprensión no deben seguir poniendo en riesgo a miles de personas.
Lo lógico sería que los medicamentos se entregaran normalmente y no hacer perder más de cuatro horas a los usuarios diciéndoles que quedan pendientes o entregar incompletos varios medicamentos, teniendo que volver a hacer filas y encontrándose con la noticia que no ha llegado aún. Posteriormente no se entrega por vencimientos. He allí otro problema.
Las soluciones las pueden buscar sin necesidad de llegar a vías de hecho como insultos entre funcionarios y usuarios, demora en la atención para entrega y manejar bien las fichas diferenciadoras.
Además, quienes prestan el servicio también son seres humanos, se les entiende el estrés que ocasiona este oficio, pero deben ponerse la mano en el corazón y pensar que toda persona enferma necesita los medicamentos recomendados; claro está que, si el problema es del orden jerárquico superior, a estos les deben exigir cumplimientos en las entregas pertinentes para distribuir con tiempo y no aplazarlas más de una vez.
Para la Universidad Central (2024), las causas de la crisis son multifactoriales e incluyen corrupción, ineficiencia, desfinanciamiento y desigualdad en el acceso a la atención médica.
Las consecuencias potenciales de ella son preocupantes, ya que podrían desencadenar una crisis social sin precedentes, con un impacto negativo en la salud de la población como, por ejemplo, el aumento de la mortalidad por enfermedades prevenibles; el aumento de la desigualdad, pues las personas de bajos recursos son las más afectadas; y la desconfianza en el sistema de salud.
Se debe evitar a toda costa que se siga presentando este dramático escenario en Colombia, con la salud y la comida no se debe jugar, ni negociar, pero parece ser que eso es lo que existe con gran aceleración en nuestra querida Colombia.
_
Magister en educación, especialista en docencia universitaria, Ingeniero agrónomo
Instagram:@ oswaldorioscarrascal
X : @oswy62
Facebook: Oswaldo Rios Carrascal
Correo electrónico: oswaldorioscarrascal@gmail.com