El 30 de septiembre, cuatro personas fueron asesinadas en la vereda La Rompida, en el municipio de Yondó, Antioquia.
Tres de ellas eran miembros de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda Lejanías, en Cantagallo, Bolívar, y estaban trasladando el cuerpo de una persona fallecida en enfrentamientos recientes entre grupos armados.
Los líderes sociales asesinados son Lisímaco Samudio (presidente), Johana Sepúlveda (secretaria) y Jhon Freddy Pérez (vicepresidente). También murió Luis Eduardo Pérez, padre del presidente de la JAC. La comunidad ha expresado su dolor por este ataque, indicando que las víctimas intentaban entregar el cuerpo a una funeraria cuando fueron emboscados.
El alcalde de Yondó señaló que la zona ha sido escenario de combates entre el ELN y las Autodefensas Gaitanistas (Clan del Golfo), lo que podría estar relacionado con la tragedia. La comunidad también ha advertido que la masacre estaba “anunciada”, ya que hace días habían alertado sobre la presencia de grupos paramilitares que amenazaban a los líderes.
Iván Madero, presidente de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos), afirmó que la situación había sido reportada a las autoridades, pero no se habían tomado medidas efectivas para proteger a la comunidad. La incursión de estos grupos ha provocado el desplazamiento de familias que huyeron por temor a represalias.