Miguel Ángel Bernal Mota, acribillado en un hotel del Centro de Medellín era integrante de una de las facciones del Tren de Aragua que estaba en una guerra en Lima. Se había fugado de la cárcel.
“Vinieron a Medellín a hacer un trabajo”. Eso manifestaron los familiares de Josué Oliver Blas Lezama y Carlos Alberto Villanueva Cancho, los dos peruanos asesinados en un parqueadero del municipio de Guarne, Oriente antioqueño. Ambos eran miembros importantes de una banda transnacional de su país, lo que dejaría en evidencia que Antioquia se estaría convirtiendo en un sitio estratégico para estas organizaciones.
Blas Lezama era conocido como Gato Cote, el máximo cabecilla de la banda La Gran Alianza, una estructura proveniente de la provincia de Pataz, en el norte del Perú, que tendría vínculos con la minería ilegal. De hecho, estaba en el cartel de los más buscados de la justicia de su país y había llegado a Antioquia en compañía de Villanueva Cancho, quien sería uno de sus lugartenientes.
El asesinato de ambos peruanos se registró dentro de un parqueadero del barrio San Vicente, al cual se accede por la autopista Medellín-Bogotá. Hombres en tres motocicletas ingresaron hasta la parte trasera de este establecimiento, donde se estaban hospedando, y con silenciadores les dispararon en varias ocasiones.
Mientras los delincuentes escapaban, en una patrulla policial las autoridades trasladaron a estos dos extranjeros al Hospital Nuestra Señora de La Candelaria, de la localidad. Uno de ellos murió en el camino, mientras que el otro falleció antes de recibir atención en este centro asistencial.
Este hecho dejó lesionada a una tercera persona, vigilante de este parqueadero, y quien al reaccionar al ataque de los criminales, recibió varios impactos. Su pronóstico de salud es reservado, según las autoridades, ya que lo trasladaron a un centro asistencial de otro municipio.