La ciudadanía colombiana lleva años “polarizada” por la política y la forma como se maneja el país; mientras unos defienden el modelo que nos ha regido por más de 200 años, otros añoran un cambio total no solo de las costumbres políticas, si no de la misma sociedad colombiana en todos sus aspectos.
Por: Alberto Rafael Cotes Acosta | En ese marco se dio la última elección presidencial en el año 2022, en donde resulto ganador, y por supuesto elegido como presidente de la República de Colombia, el señor Gustavo Francisco Petro Urrego. La expectativa de Cambio era muy grande, tanto así que, por primera vez, un político de izquierda y además ex guerrillero era elegido presidente en un país – en mi concepto – conservador hasta los tuétanos, así muchos se las quieran dar de liberales.
“El cambio nunca es doloroso, solo la resistencia al cambio lo es”: Buddha, filósofo
Recuerdo que en 2018, el señor Germán Vargas Lleras, en medio del fragor de la campaña presidencial, en donde todos sus “amigos” lo abandonaron, e incluso algunos le birlaron los recursos de la campaña (santos y noc santos) para meterla en la campaña de Iván Duque, al punto que al final de la campaña las imágenes de la soledad de la sede del flamante nieto del expresidente Lleras, era llenada solo con globos de colores blanco, rojo y azul de su partido político Cambio Radical, dijo: “Dejen la robadera” dirigiéndose a los políticos de su propio partido y de los partidos tradicionales que estaban en campaña.
Pues no, no dejaron la robadera, y producto de ello ganó Gustavo Petro la presidencia cuatro años después. Muchos votamos por Petro cansados, más bien hastiados de la robadera que los políticos tenían sin ningún empacho, de frente y con compás mar; y aunque los “Organismos de Control” están diseñados para evitar, cuando no sancionar a los de la robadera, lo cierto es que esos mismos organismos de control, hace parte del problema, en la medida en que sus directivos son nombrados por esos mismos políticos, cuando no escogidos dentro de esos mismos para salvar alguno de la “quemada” que se pegó en alguna elección.
Desde su posesión, que digo… desde su elección, Gustavo Petro ha recibido la más cruenta andanada de críticas y de escrutinio de la prensa tradicional, que, entre otras cosas, pertenece a los grandes conglomerados económicos que financian las campañas políticas de esos mismos políticos de la robadera. Además, un gran sector de la sociedad, critican a Petro en forma virulenta por sus políticas y acciones en el gobierno y tantos los unos – prensa tradicional – como otros – ciudadanos opositores – viven generando matrices de opinión en los grandes medios de comunicación y en redes sociales, sobre, por ejemplo: i) La decepción y el arrepentimiento de algunos votantes de Petro, ii) Que vamos para el desastre total.
Ahora, como votante de Petro, manifiesto que, en mi opinión, Petro está cumpliendo con lo que prometió en campaña, muy a pesar de las dificultades, los palos en la rueda de la oposición y sus propios errores. El señor ex presidente Álvaro Uribe Vélez con ocasión de los 100 días de gobierno de Petro, manifestó en una intervención que fue compartida por redes sociales, que “había que reconocerle a Petro, que estaba haciendo lo que dijo en campaña, por mucho que no estemos de acuerdo con él, ha sido coherente”; lo que son las cosas, creo que por primera vez en mi vida, estoy de acuerdo con lo dicho por Álvaro Uribe Vélez.
En los últimos días he tenido algunas discusiones (cordiales por supuesto) con algunos amigos de toda la vida, por un grupo de WhatsApp, conformados por los alumnos que nos graduamos por allá en el año 1980. Algunos de esos amigos son de la opinión del desastre total, sin embargo, les pasa como a la mayoría de los detractores de Petro, no ven las cifras económicas y sociales del país, y aunque, si bien no estamos ni cerca del estado de bienestar que todo gobierno debe buscar para todos sus ciudadanos, lo cierto es que, a pesar de las dificultades, los palos en la rueda de la oposición y sus propios errores (si, otra vez) las cifras oficiales demuestran que el tal Armagedón no es cierto.
Ahora bien, lo que si es cierto – y es lo que le critico a Petro – es que, en su afán de buscar un “Gran Acuerdo Nacional”, dejó que los políticos tradicionales se quedaran dentro del gobierno, en los puestos claves, mandos medios y altos de las diferentes instituciones del estado, que son los que mueven el engranaje. Y lastimosamente, como diría una reconocida congresista (y me perdonan la expresión) “Con esos hijueputas no se puede”. No de otra forma se explica, por ejemplo, como una persona como Sneyder Pinilla, a quien conozco y aprecio, pero que viene de las toldas precisamente de uno de los partidos que más oposición le ha hecho a este gobierno, haya podido llegar a una instancia de tan suma importancia.
Petro ha sido descuidado con la escogencia de algunas personas que o le trancan y entorpecen sus proyectos desde el mismo interior del gobierno, o se dedican a hacer lo que siempre han hecho desde esas instancias de poder, favorecer sus intereses personales y económicos. Petro ha sido descuidado con su círculo más cercano – incluyendo a sus familiares – ya que, algunos se obnubilaron no solo por el poder, si no por la posibilidad de enriquecerse desde este, creo que quizás debió ser mucho más claro, sobre todo con sus mas cercanos y familiares, que el discurso que dio en Palacio luego de su posesión a sus más inmediatos colaboradores, debió advertirles con más ahínco, y no solo ese día, si no, todos los días, los peligros que representan los cantos de sirena del poder efímero.
En resumen, mis apreciados amigos, este servidor sigue creyendo en el cambio que Petro representa (y creo que para bien) no solo en materia política, sino social, para este país del Sagrado Corazón. Nadie dijo que iba a ser fácil, como tampoco nadie creyó que bastarían cuatro años de gobierno y pienso que todavía está a tiempo de corregir sus propios errores, de cara a continuar con el proyecto político (sin reelección del propio Petro) con una persona que siga con sus políticas.
Como colofón diría, que la oposición a Petro, se está equivocando si cree que desde la plataforma X, o Facebook, o WhatsApp le está haciendo mella a Petro, por un lado, las redes sociales han sido “tomadas” por opinadores alternativos, muchos de ellos progresistas, que se han encargado de desmentir las falacias que cada día le inventan al gobierno, y por otro lado, mientras la oposición le sigue dando duro por los grandes medios de comunicación y estas plataformas digitales, Petro está yendo personalmente donde ningún otro gobernante ha ido, a las polvorientas calles de nuestros corregimientos, veredas y pueblos más pobres, llevando soluciones, y eso queridos amigos, significan votos y como siempre digo: los pobres son siempre más.
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*Arquitecto, especialista en evaluación y gerencia de proyectos, especialista en gerencia e interventoría de obras.
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