La delincuencia en Barrancabermeja no da tregua. A cualquier hora del día, en cualquier lugar, ciudadanos de todas las edades son víctimas de robos, homicidios y otros delitos que han convertido la inseguridad en una crisis sin control.
Por: Diego Armando Pérez Mayorga| Recientemente, la Administración Distrital de Barrancabermeja, en colaboración con la Fuerza Pública, ha implementado nuevas medidas de seguridad para contrarrestar el aumento de la violencia en la ciudad. Estas disposiciones incluyen la restricción del parrillero hombre en motocicletas y la imposición de un toque de queda para menores de edad.
Se prohíbe la circulación de motocicletas con pasajero de sexo masculino en el horario comprendido entre las 7:00 p.m. y las 5:00 a.m., todos los días de la semana. Esta medida, con una vigencia inicial de dos meses, busca reducir los delitos cometidos por individuos que se desplazan en motocicletas durante las horas nocturnas. Las autoridades han señalado que las motocicletas han sido utilizadas frecuentemente para perpetrar actos delictivos como robos y homicidios.
Además, se ha establecido un toque de queda para menores de 18 años, que rige desde las 10:30 p.m. hasta las 5:00 a.m. Durante este período, los menores deberán permanecer en sus hogares y solo podrán circular por las vías públicas si están acompañados por un adulto responsable. Esta disposición tiene como objetivo proteger a los jóvenes y prevenir su exposición a situaciones de riesgo durante las horas nocturnas.
Mientras las estrategias de restricción siguen en marcha, la violencia y la delincuencia continúan desarrollándose sin horario ni limitaciones reales. Ante este panorama, la pregunta es inevitable: ¿Están funcionando las acciones tomadas o es momento de replantear la estrategia de seguridad?
Una de las medidas más debatidas es la prohibición del parrillero hombre en motocicleta, esta restricción impacta negativamente a miles de ciudadanos que utilizan la motocicleta como su principal medio de transporte y fuente de empleo. Domiciliarios, empleados y familias enteras ven limitada su movilidad sin una garantía real de que la delincuencia disminuirá.
La cuestión clave es si se está castigando a los delincuentes o, por el contrario, a los ciudadanos de bien que ven restringida su libertad de movimiento. Si el objetivo es combatir la criminalidad, la solución no puede basarse en restricciones indiscriminadas. Se requiere una estrategia de inteligencia policial más efectiva, con operativos focalizados que ataquen directamente las estructuras criminales y refuercen la seguridad en zonas críticas.
Otro punto de discusión es el toque de queda para menores de edad. Se ha argumentado que esta medida busca reducir la exposición de los jóvenes a entornos peligrosos. No obstante, la realidad es que la delincuencia en Barrancabermeja no tiene horario. Los crímenes no ocurren exclusivamente en la noche ni son cometidos solo por menores.
Las causas profundas del problema van mucho más allá de la presencia de jóvenes en las calles y están relacionadas con la falta de oportunidades, la escasez de espacios de recreación y un tejido social cada vez más debilitado.
Si realmente se quiere proteger a la juventud, las acciones deben estar orientadas a brindarles alternativas viables para su desarrollo. No basta con mantenerlos encerrados en sus casas; es imprescindible la creación de programas de educación, deporte y empleo que les ofrezcan opciones reales de crecimiento. Sin estas oportunidades, cualquier medida de restricción solo será una solución superficial que no ataca la raíz del problema.
Un factor que no puede ignorarse es la falta de empleo y de oportunidades para la población. La ausencia de fuentes laborales estables, sumada a la no contratación de mano de obra local en proyectos industriales y de infraestructura, genera un cultivo perfecto para la delincuencia. Cuando las personas no encuentran oportunidades para trabajar de manera digna, la economía informal y la criminalidad se convierten en alternativas de supervivencia.
Es fundamental que se promuevan políticas públicas enfocadas en la generación de empleo y el fortalecimiento de la economía local. La inversión en capacitación laboral, el fomento del emprendimiento y la garantía de que las empresas que operan en Barrancabermeja contraten personal de la región pueden marcar la diferencia. Sin empleo, sin educación y sin oportunidades, cualquier estrategia de seguridad estará destinada al fracaso.
El problema de la inseguridad es complejo y no puede solucionarse con medidas parciales o restrictivas. Se requiere un enfoque integral que combine una mayor presencia policial efectiva las 24 horas, estrategias de inteligencia que permitan desmantelar las redes criminales y programas de prevención dirigidos especialmente a los jóvenes. Además, la respuesta de las autoridades ante las denuncias ciudadanas debe ser inmediata y eficiente. Sin una gestión coordinada, cualquier medida restrictiva será solo un paliativo temporal.
La prohibición del parrillero y el toque de queda para menores no resolverán la creciente ola de violencia en Barrancabermeja. La delincuencia no tiene horario y, sin estrategias de seguridad sostenibles, el problema persistirá. La ciudadanía merece más que restricciones improvisadas; merece soluciones reales y resultados tangibles.
Las autoridades deben trabajar de la mano con la comunidad, generando confianza y fortaleciendo la prevención. La inseguridad no se resuelve con decretos momentáneos, sino con inversión en educación, empleo y bienestar social. Atacar las causas estructurales del problema es la única vía para construir un distrito más segura y con mayores oportunidades para todos.
Barrancabermeja necesita un cambio de rumbo en su estrategia de seguridad. El distrito no puede seguir sometido a medidas improvisadas que afectan a los ciudadanos sin resolver el problema de fondo. La pregunta sigue en el aire:
¿Estarán las autoridades dispuestas a replantear sus políticas y priorizar soluciones efectivas? Porque la seguridad no es un privilegio, es un derecho innegociable de todos los barranqueños.
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Vicepresidente junta directiva nacional Asociación Sindical de la Industria del Petróleo y Gas (Asopetrogas)