Written by 12:45 am OPINIÓN

La crisis interna del gobierno de Petro: un desafío profundo a la unidad y gobernabilidad

Desde su llegada al poder, el presidente Gustavo Petro prometió un cambio radical para Colombia, una transformación que no solo se basaba en un cambio de políticas, sino también en la forma de gobernar.

Por: Letty Carranza | Sin embargo, a poco más de dos años de su mandato, el gobierno del primer presidente de izquierda en la historia reciente del país enfrenta una crisis interna que amenaza con socavar la estabilidad política y social de su administración.

Este fenómeno refleja una lucha de fuerzas, tanto dentro del propio gabinete como entre las distintas facciones políticas, que está generando divisiones peligrosas y cuestionando la capacidad de Petro para lograr un liderazgo cohesivo y efectivo.

La crisis interna en el gobierno de Petro no es producto de un solo evento, sino de una serie de decisiones y situaciones que han acumulado tensiones desde los primeros días de su gobierno.

Una de las principales causas de la actual inestabilidad es la falta de unidad dentro de su propio equipo. El gabinete, compuesto por figuras políticas de diversos orígenes, ha tenido dificultades para alinearse bajo un objetivo común.

Las diferencias ideológicas entre los sectores más moderados y los más radicales del pacto político que llevó a Petro a la presidencia han sido cada vez más evidentes. En este contexto, no ha sido raro ver renuncias o cambios de ministros en momentos clave, lo que refleja una lucha constante por encontrar un balance entre los intereses internos y la necesidad de tomar decisiones eficaces.

Las críticas internas también han surgido en torno a la gestión de Petro frente a los desafíos de gobernabilidad. Aunque sus promesas de cambio profundo siguen siendo populares en muchos sectores, algunos consideran que no ha logrado la cohesión necesaria dentro de su propio partido ni con los aliados que lo apoyaron durante la campaña.

Esta falta de unidad se ha visto reflejada en conflictos abiertos dentro de su gabinete, especialmente en torno a temas cruciales como la reforma fiscal, la implementación de la paz y la lucha contra el narcotráfico.

Uno de los factores que más ha complicado la estabilidad del gobierno ha sido el surgimiento de varios escándalos relacionados con la corrupción. Las investigaciones que apuntan a algunos miembros del gobierno, en especial en torno a presuntas irregularidades durante la campaña presidencial, han golpeado duramente la imagen de Petro.

La revelación de que ciertos recursos destinados para la campaña pudieron haber sido mal utilizados ha generado un clima de desconfianza no solo dentro del partido, sino también entre los ciudadanos que vieron en el presidente una figura de cambio. Estos escándalos están profundizando la brecha entre lo prometido por el presidente y lo que la ciudadanía percibe como una gestión más de lo mismo.

Además, la relación con ciertos grupos de poder, quienes ya han sido señalados en investigaciones previas por vínculos con actividades ilegales, pone en duda el compromiso del gobierno con la lucha contra la corrupción. Esta percepción de complicidad es peligrosa para cualquier administración, especialmente cuando proviene de los sectores más cercanos al poder.

Las implicaciones de esta crisis son profundas. En lo político, la falta de estabilidad en el gabinete y los escándalos de corrupción están provocando un debilitamiento de la posición de Petro frente a sus rivales políticos.

Aunque el presidente ha logrado mantener un núcleo de apoyo leal en el Congreso y entre sus seguidores más fervientes, la fragmentación interna está facilitando que la oposición aproveche cualquier debilidad para desestabilizar aún más su administración.

En lo social, las tensiones internas han aumentado la desilusión entre sectores clave de la población. Aquellos que votaron por Petro con la esperanza de un cambio verdadero están viendo cómo sus promesas se ven diluidas por la falta de una estrategia coherente.

El descontento con la falta de avances en temas cruciales como la reforma laboral, la educación y la salud se está traduciendo en una pérdida de confianza en el gobierno.

Para salir de esta crisis, Petro debe tomar medidas decisivas que restauren tanto la unidad dentro de su gobierno como la confianza de la ciudadanía. La primera de estas medidas debe ser una reestructuración del gabinete que permita un trabajo más alineado con las prioridades de su gobierno.

Un gobierno dividido por luchas internas solo puede ofrecer resultados fragmentados. De ahí que la estabilidad ministerial sea una prioridad.

La transparencia también es crucial. El gobierno debe demostrar que está comprometido con una lucha real contra la corrupción, lo que implica no solo la sanción de los responsables, sino la creación de mecanismos que prevengan futuros casos de mal manejo de recursos. A este esfuerzo debe acompañarlo una comunicación clara con la ciudadanía, en la que Petro deje en claro su postura ante los recientes escándalos y se comprometa con una política de cero tolerancias a la corrupción.

Un gobierno que busca el cambio debe ser capaz de gobernar con una visión inclusiva, sin ceder ante presiones de actores políticos que solo buscan mantener el statu quo. La reconciliación con los sectores que hoy se sienten marginados por su gestión debe ser una prioridad, al igual que restablecer la conexión con los ciudadanos que siguen esperando respuestas a las problemáticas más urgentes del país.

La crisis interna en el gobierno de Gustavo Petro es un recordatorio de las dificultades inherentes al ejercicio del poder, especialmente cuando se promueve un cambio radical en un país como Colombia, donde las tensiones políticas y sociales son profundas.

Sin embargo, también es una oportunidad para que el presidente demuestre su capacidad de liderazgo, no solo en términos de políticas públicas, sino en la construcción de un gobierno que esté verdaderamente unido y comprometido con los intereses del pueblo colombiano.

Solo a través de la reflexión y la acción concreta podrá Petro superar este momento crítico y garantizar que su administración sea recordada por los logros y no por las fracturas internas que hoy lo amenazan.

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* Topógrafa, Trabajadora Social en formación, Defensora de Derechos Humanos.

Facebook: RedVid Col Rep Dom

Correo: redvidcolrd@gmail.com

Esta columna encierra el pensamiento del autor, en ningún caso es la posición de Río Grande.

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