En los últimos años en diferentes países y variados escenarios se ha hecho común que de la noche a la mañana se haya perdido el voto de confianza y hasta la credibilidad en aquellas personas a las que se consideraba líderes.
Por: Oswaldo Ríos Carrascal/ Anteriormente se atribuía a cada líder un don natural o adquirido por la demostración de dominio de la palabra, seguimiento de multitudes, discursos propios, sentido de pertenencia por sus comunidades de origen y ante todo, honradez y honestidad.
Esto poco a poco se ha ido perdiendo por diferentes razones, entre ellas la tentación, el orgullo propio, la perpetuación en el poder que les corresponde y lo que es peor en una persona egocéntrica, conocido según IPSIA (2018), como la exagerada exaltación del a personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividades generales.
Respecto al tema, Colombo (2020) precisa que el ego es en esencia, la parte central de la conciencia humana encargada de dar el sentido de sí mismo. Sin embargo, en lo cotidiano, el ego puede desviarse hacia un exceso de valoración que se traduce en soberbia y narcisismo.
En esto han caído los líderes que fueron idolatrados en su momento, considerados intachables, inteligentes, seres supremos que podían definir situaciones adversas presentadas en los entornos donde las comunidades clamaban apremiantemente su presencia y contribución.
El citado autor, agrega que el comportamiento de exceso de autoestima de las personas convertidas en egocéntricas, trae consigo una conducta narcisista, volviéndose a la vez adictivo. La persona empieza a perder perspectiva de sí y de los demás, producido por querer demostrar qué tan valioso se es, afirmar que siempre tiene razón, y también que los demás lo validen.
He allí la resistencia y la falta de confianza paulatina en los lideres, cuando muchos no les creen, rivalizan en opiniones y puede llegarse al extremo de crearse enemistades entre seguidores y la persona en cuestión. Las razones sobran cuando alguien nota que se buscan beneficios individuales y solo el reconocimiento de quien se supone representa defender los intereses comunes y requerimientos de las comunidades.
Los méritos a los demás nunca se reconocen por parte de estos personajes, y según Colombo (2020), desaparece un rasgo fundamental de las habilidades sociales y emocionales del nuevo liderazgo: la empatía.
En este caso, concreta el autor, los líderes no se animan a reconocer una inseguridad profunda que se genera en su interior, lo que conduce a querer ser el centro de atención cueste lo que cueste. Eso explica la aparición de comportamientos como los celos, la envidia, el anhelo de posesión y de control sobre los demás.
Almada (2024), cita que el egocentrismo se produce desde la infancia, con ciertas características que van variando con la edad de las personas. Manifiesta, que muchas veces los niños tienen conductas que son juzgadas como de mala educación o poca empatía. Sin embargo, no hay allí una intención de egoísmo o daño, simplemente no pueden ponerse en el lugar del otro. Cómo también, aprenden que otras personas puedan tener creencias o deseos diferentes a los suyos.
En la edad adulta muchas personas siguen con esos comportamientos erróneos y los demuestran cuando se sienten con cierto poder o autoridad, tratando mal a los demás y menoscabándolos en todo sentido. He allí la dificultad que se presenta para controlar los conflictos que sobrevengan con este tipo de conductas. Nadie se aguanta y no va a querer dejarse intimidar sicológica o físicamente de quien se atribuye un don de mando que alguna persona le haya dado o sugerido.
Sucede a menudo en los ambientes políticos, entornos laborales, en la escuela, el colegio, las universidades, en gremios de trabajadores o de asociaciones. Se vuelve una costumbre y por eso decaen muchos propósitos y búsqueda de soluciones a problemáticas sociales, culturales, políticas y económicas.
Para Jean Piaget, citado por Almada (2024) el egocentrismo es un concepto fundamental en su teoría del desarrollo cognitivo. Él sostuvo que el egocentrismo es una característica central de la etapa preoperacional del desarrollo cognitivo. Durante esta etapa los niños tienden a ver el mundo exclusivamente desde su propio punto de vista y tienen dificultades para comprender que otras personas puedan tener creencias, deseos o perspectivas diferentes a las suyas.
Sin embargo, para el caso de los adultos, en este caso de quienes se denominan líderes, a muchos les cuesta respetar diferencias y demás situaciones que Piaget esboza en su análisis. Predomina la creencia del yo y solo yo, el aquí nadie sabe más que yo, ninguno de ustedes se atreve a hacer lo que yo hago, entre otros aspectos.
Vendrán entonces una cantidad de juicios valorativos y formas de evadir a este tipo de personas que se convierten en generadores de influencias negativas para los demás. IPSIA (2018), opina que considerarse el ombligo del mundo, sentirse más importante que los demás, pensar siempre en sí mismo y creer que las opiniones o intereses propios están por encima de los pensamientos ajenos, son varios de los rasgos que caracterizan a los egocentristas, personas que se autoproclaman especiales y superiores a los demás, pero que la arrogancia les acarrea diferentes problemas en sus relaciones sociales.
Queda claro entonces, que en el camino conoceremos a los egocentristas, quienes demostrarán algunos rasgos distintivos, tales como : Interrumpir una conversación ajena para decir lo que se piensa sobre las opiniones de los otros; culpar a otros por los errores cometidos antes que a sí mismo; aburrirse en un evento cuando otros están siendo el punto de atención; necesitar ser alabado por las cosas que se hacen. Ver ejemplos.
Para concluir, cabe resaltar luego de analizar este tema, una reflexión emitida por Carl Gustav Jung, citada que expresa textualmente:
“Un inconsciente hiperdimensionado es siempre egocéntrico y el consciente no puede hacer nada salvo preservar su propia existencia. Es incapaz de aprender del pasado, incapaz de entender eventos contemporáneos e incapaz de proyectarse correctamente hacia el futuro”.
___
*Magister en educación, especialista en docencia universitaria, Ingeniero Agrónomo.
Instagram: @oswaldorioscarrascal
X: @oswy62
Facebook: Oswaldo Rios Carrascal
Correo electrónico: oswaldorioscarrascal@gmail.com